miércoles, 30 de julio de 2014

La familia de Rita Verdaguer.-

   
     Todos sabemos en la familia que Enrique, el primero de los Rivarola de nuestra rama que se radicara en estas tierras argentinas, a mediados del siglo XIX, estaba casado con Rita Verdaguer, de origen catalán,  y es de ellos dos que todos nosotros somos sus descendientes. Empero son muy pocos los que conocen que fue de esta familia -la de los Verdaguer- de la cual -en cierta forma- también formamos parte, y por eso me ha parecido muy interesante volcar en estas páginas de relatos familiares, un colaboración que me enviara Cesar García Belsunce, de la 3a. generación de los Rivarola en la rama de Rita, la menor de los hijos de aquellos Enrique y Rita.-

     " Rita Verdaguer era la segunda hija de Antonio Verdaguer y de María Piera. Antonio y María tuvieron por lo menos cuatro hijos: Francisca y Rita, nacidas en Barcelona y Juan y Antonio, nacidos en el Río de la Plata, no se sabe si en Montevideo o en Buenos Aires.

      Ya en América, Francisca casó en Buenos Aires con un señor de apellido Baizán, de quien tuvo tres hijos: Julio, Delmira y Francisca, pata todos "Panchita", que mantuvo relación con sus primas Rivarola, es especial con Lola. Yo la conocí en las bodas de oro de Lola: una viejita menuda y muy alegre, que derrochaba simpatía. Delmira, por su parte, casó con su primo Enrique Rivarola, con quien tuvo a Victor Enrique y a Enrique Esteban.

         Rita nació el 18 de agosto de 1838 y se casó a los 18 años en Buenos Aires el 16 de noviembre de 1856 con Enrique Rivarola, nueve años mayor que ella. Tuvo la larga descendencia que conocemos y falleció en Buenos Aires el 8 de septiembre de 1880.

          Su hermano Juan se alistó muy joven en las tropas argentinas que lucharon contra el Paraguay; no sabemos con quien se casó, pero sí que tuvo dos hijos: María y Juan. María permaneció soltera, cuidó de los hijos de Enrique E. Rivarola cuando este enviudó, y fue muy compañera de Rita Rivarola de Belsunce, amistad peculiar pues siempre discutían y se peleaban, pero no podían estar la una sin la otra. María disponía de la pensión de su padre como Guerrero del Paraguay.

           Su hermano, Juan, espíritu bohemio, desapareció un buen día y nunca se supo de él; se decía en la familia que era dueño de un circo. Reapareció años después con sus hijos, Ricardo, Juan -que fue un célebre cómico en el cine y en la TV nacional- y otros de cuyos nombres no ha quedado memoria.

         El hermano menor (de Rita), Antonio, tuvo una vida normal. Se casó -no he encontrado quien recuerde el nombre de su mujer- y tuvo dos hijos: Elena y Armando. Elena era una mujer distinguida que se casó con un Martinez Ferrer, de las primeras familias cordobesas. Era escribano y se dedicó a la política, a consecuencia de lo cual, en vísperas electorales, fue asesinado en cercanías de su casa. No conozco en que circunstancias ella perdió -o fue despojada- de los cuantiosos bienes de su marido y tuvo serios problemas para educar a sus cuatro hijos.

            Estos fueron Horacio, que se distinguió como pintor y casó con Graciela Peiró; María del Valle, bonita y muy entretenida, que visitaba nuestra casa muy asiduamente y fue una de las mejores amigas de mi madre. Estaba muy orgullosa de su rancia estirpe cordobesa y se lamentaba de tener que trabajar como empleada en el Ministerio de Guerra, cargo que le había conseguido su tío Armando; ya grande se casó con el Dr. Jorge Ballesteros, un señor a su medida. Sus otras dos hermanas fueron Ofelia y Olga, más bien feitas, que creo que permanecieron solteras.-

            Armando Verdaguer fue militar; hombre alto, bien parecido y simpático, permaneció en el Arma de Ingenieros; ascendió a General de Brigada y en diciembre de 1936 fue Comandante de las Fuerzas Aéreas del Ejercito y le tocó inaugurar la Escuela del arma en las afueras de la ciudad de Córdoba, cargo que desempeñó hasta agosto de 1938.

            Pasó a ser Jefe de la Dirección General de Ingenieros Militares y ese año le tocó intervenir en la denuncia del negociado de las tierras del Palomar. Las 220 has. estaban tasadas en $ 1.900 la ha. pero fueron compradas en $ 11.000 cada una. Consultada la Dirección General de Ingenieros dictaminó el 15 de febrero de 1939 que el valor era de $ 1.900 la ha. pero que atento los costos de un juicio por expropiación sería razonable un precio máximo de $ 4.000 por unidad. Al día siguiente Verdaguer elevó ese dictamen al Ministro, que fue determinante para la denuncia del senador Villafañe, que le costaría la renuncia al Ministro de Guerra, Gral. Márquez, y donde hubo siete condenados a prisión. Tras el golpe de estado de 1943 Verdaguer fue nombrado Interventor de la Provincia de Buenos Aires, tras lo cual se retiró a su vida privada. Tuvo una hija, cuyo nombre no recuerdo".

Apostillas.- Hasta ahí el relato de César. Me han llamado la atención algunas referencias. En primer lugar lo ligado entre sí que en sus inicios se encontraban las dos familias, Baizán-Verdaguer y Rivarola- Verdaguer, al punto que Delimira Baizán-Verdaguer se casó con su primo hermano, por parte de ambas madres, Enrique Rivarola-Verdaguer; luego se apunta que Francisca "Panchita" Baizán, mantuvo una muy buena relación con sus primas, sobre todo con Lola Rivarola, iniciadora de la estirpe de los Rocca Rivarola; y que Rita, la menor de las Rivarola hijas de Enrique y Rita Verdaguer, fue muy amiga de su prima María Verdaguer, con la cual mantuvo una relación de amor y desencuentros permanentes.

La segunda referencia que no por conocida, me sorprende del relato es la historia del segundo Juan Verdaguer, el hijo del Guerrero del Paraguay y hermano de María, de quien recordaba haber escuchado decir a mi padre que quedó perdidamente enamorado de la trapecista de un circo que pasó por donde él vivía y se fue tras ella, reapareciendo muchísimos años después con varios hijos y, según el relato de César, siendo "el dueño del circo". También recuerdo haberle escuchado alguna vez a Juan Verdaguer -el tercero de este nombre- que efectivamente eran un gran comediante, relatar las historias de su nacimiento e infancia en un circo en el que trabajaban sus padres. Una linda historia y ....además.....quien no habrá soñado alguna vez con irse detrás de un circo !

También llamó mi atención las referencias tan concretas al negociado con la compra de las tierras del Palomar -con destino a la Escuela de Guerra- que nuestro bueno de Armando Verdaguer logró desbaratar, a estar al relato. Esto muestra que, lamentablemente, también nuestro pasado tiene mucha historia de   negociados y trampas, y que pareciera que estamos como predestinados a convivir con ellos, día a día.... que no aprendemos más.

Finalmente recuerdo que en una antigua entrada de este blog hay un relato del traslado de los restos de  Enrique y Rita, los fundadores de nuestra familia, los que finalmente reposan juntos y en paz, para siempre.