miércoles, 4 de abril de 2012

Dos "perlitas" del Museo Británico.-

Mi padre -Rodolfo "el Gringo" Rivarola- había tomado contacto epistolar (todavía no existía el internet), con algunos Rivarola de otras ramas, distintas de la nuestra pero con un origen común-Chiavari-, entre los cuales se encontraba un José (Pepe, como el nuestro) Rivarola radicado en Surrey, Inglaterra. Entre la correspondencia que encontré de este Pepe Rivarola hay una carta muy interesante y entretenida, de la que me pareció oportuno compartir aquí en el blogg, algunos párrafos.

Decía Pepe: "...han sido descubiertos en los archivos del Museo Británico por mi encansable hija Jenny, algunos detalles genealógicos que espero encontrarás interesantes: uno sobre el rechazo de la mano nada menos que de Napoleón Bonaparte, en Ajaccio en 1786, por una "signorina" perteneciente a nuestra familia, y el otro el Diploma del Emperador Carlos V por el que se extendió, en 1533, los privilegios de nobleza concedidos a nuestro antepasado Gregorio por Maximiliano en 1496, " "a todos los demás miembros de la familia Rivarola, para ellos, para sus hijos, sus herederos y sus descendientes nacidos y por nacer, de ambos sexos, ad infinitum". (Agrega a continuación Pepe fotocopias del dicho Diploma, que yo pongo a disposición de quien quiera proceder a efectuar algún reclamo al respecto.....)

En cuanto al otro tema, sigue contando que: "la "signorina" que tuvo la osadía de rechazar la oferta de matrimonio de Napoleón fue Francesca Rivarola, quien era considerada "la mayor belleza de Córcega". Las razones que se aducen para el humillante rechazo de la mano del que estaba llamado a ser tan grande Emperador, fueron, simplemente, que los padres de ella no lo encontraron merecedor de su preciosa hija, aunque la madre de él (Leticia Bonaparte) dijo que Francesca Rivarola había sido durante muchísimos años "la única poseedora de su primer y más sincero amor". Tambien dijo la madre que "no tenía él, mayor aspiración que la posesión de aquel tesoro que seguía fuera de su alcance".

Sigue el relato de Pepe desde Inglaterra: "La familia Rivarola dijo que Napoleón (a la sazón un teniente de artillería sin grandes medios económicos) no tenía nada que ofrecer, salvo su mano, a una descendiente de la casa Rossi, cosa que se consideró insuficiente.

"Y así la llama del amor frustrado, dice el texto del Museo Británico, prendió fuego a una ambición que en poco tiempo consumió ingentes reinos y estalló como un volcán por toda Europa.

En años posteriores -sigue el artículo- "cuando Napoleón estaba ya en la cumbre de la gloria y la bella Francesca había llegado a ser la abadesa del Convento de Santa Clara, Mme. Bonaparte decía a sus amistades, con un suspiro, que su hijo Napoleón había perdido un tesoro corso de gran valía y que la pérdida de Francesca tendía un oscuro velo sobre el destino de su vida".

"O sea -termina Pepe- que el verse rechazado por nuestra Francesca pudo haber influído grandemente en el curso de la historia. Interesante ¿no?".

La historia - ahora sigo yo con mis reflexiones- me pareció realmente muy interesante y parecería que la fuente fuese insospechada, pero la lectura del artículo -que venía junto a la carta- me dejó algunas dudas, que les comento. El artículo archivado en el Museo Británico es de una publicación del Bailey Magazine correspondiente al mes de febrero de 1864 y en él se relatan las experiencias del viaje que un tal Mr. M. Tennyson hiciera a Córcega, el que en un momento dado llega hasta "la capilla del Grechi" (de los Griegos), en la cual se decía que Napoleón, siendo jóven, había pasado muchos días con el propósito de cavilar acerca de sus proyectos para el futuro. "Sin embargo -aquí sigo textual con el artículo- el "maitre d´hotel" que conocía profundamente la historia napoleónica, desvirtuó la creencia popular al respecto, ya que conocía de muy buena fuente cual había sido el principal objetivo de las visitas de Napoleón a la capilla de los Grechi: era una dama. ¿Que otra cosa podría ser? Francesca Rivarola, la joya de aquella distinguida familia....." (y sigue con el relato al que se refiriera Pepe en su carta a mi padre).

De acuerdo a ese relato, en realidad, nuestra fuente documental pasa a ser, del Museo Británico al comentario de un "maitre d´hotel" que conocía la historia "de muy buena fuente" (¿cual?. No lo sabemos) Sin duda no deja de ser "posible", pero para procurar confirmar su veracidad, quise averiguar si al menos existió la tal Francesca, en los antecedentes que tengo de nuestra familia en Córcega, al menos dentro del período en el que debieron ocurrir estos hechos.

Está comprobado que Napoleón, en el año 1786 ya tenía su título militar y que después de la Revolución Francesa (1789) debió buscar inicial refugio en Córcega, su tierra natal, de manera que conforme al tiempo y al lugar la historia es posible; también se sabe que por aquel entonces Napoleón tenía 20 años de edad ( 17/ 18 en 1786) y que permaneció allí aproximadamente durante un lapso de dos o tres años después de la Revolución, ya que en 1793 se lo encuentra en Francia. Bien, si todo esto es así deberíamos encontrar a nuestra Francesca con entre 15 o hasta 17 años, en 1786, vale decir nacida como mucho entre 1770 y 1775; sin embargo de los antecedentes que están en mi poder ninguno menciona a la tal Francesca.

En Córcega, por entonces, la principal de las ramas de la familia Rivarola era la de Antonio, un militar muy relacionado con el patriota corso Pascal Paoli, pero que recien se casó en 1770, a los 51 años con la única y rica heredera de la familia Barbaggi, de 16, Anna Porzia. Sus cuatro hijos -todos casados- fueron Elena; Domingo; Francisco, un varón que en la época de la Revolución Francesa tenía 10 años ; y Teresa, nacida en 1790.

Otra de las ramas corsas de la familia, por esa época, era la de Francesco, el hermano más grande de Antonio y militar como él pero de la armada inglesa, con cinco hijos: Elena, Jane, Giorgio, William y Constantin. Hay otro hermano de ellos, Nicolao Rivarola, que fue capturado por los genoveses cuando la revolución corsa buscaba su independencia y que retornó a su tierra recien en 1765, del cual no tengo más referencias. Luego, de ser cierta la historia de Francesca, tendría que ser hija de éste Nicolao, porque estos tres son los únicos Rivarola varones cabezas de familia que habitaban en la isla.

Hay algunas religiosas en esta familia, sobre todo una -María Doménica Rivarola-, que se hizo muy famosa por ser una agente secreta del patriota de la revolución corsa: Pascal Paolí, pero era de una generación anterior a la de nuestra supuesta Francesca. Aquella religiosa tenía a su vez tres hermanas religiosas más, que por ende serían tías directas de Francesca, de modo que no resulta impensado que, obligada por sus padres a olvidar a ese "pobre tenientillo" de sus amores, Francesca buscara refugio junto a algunas de sus tías religiosas, pero esto ya es pura imaginación.

Nos queda aquí la historia, interesante, como para que cada uno la interprete a su manera y, si quiere, pueda contarla....o también el Diploma de Carlos V....por si acaso alguno se le ocurriera ir por los títulos.



4 comentarios:

  1. ¿Puede haber ocurrido que los datos de nacimiento o existencia de Francesca hayan sido borrados por alguna razón? Si no había más registro que los que llevaba la iglesia del pueblo, sólo bastaba con tener un poco de poder y acceso al libro y listo, eliminamos de la historia una persona.

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  2. Todo es posible....máxime conociendo a los personajes de esta historia....

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  3. Amo decir que soy Rivarola y mi mamá también,por eso llegué hasta acá

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